Posible crisis del gas: ¿el mundo se dirige hacia una nueva tormenta energética?
Los precios del gas podrían dispararse nuevamente este invierno debido a factores climáticos y geopolíticos.
El análisis de The Economist pone sobre la mesa una inquietante posibilidad: el mundo podría estar al borde de una nueva crisis del gas este invierno. A pesar de que Europa ha logrado mantener sus reservas de gas llenas al 94% de su capacidad, factores externos, como la llegada de un invierno más frío de lo habitual y la creciente incertidumbre geopolítica, podrían desatar una presión significativa sobre el mercado global de gas natural licuado (GNL). Los precios de referencia en Asia ya están subiendo, situándose alrededor de los 13 dólares por millón de unidades térmicas británicas (mbtu), una cifra elevada, superada solo por el pánico vivido en 2022.
Uno de los principales riesgos señalados es el clima. Los últimos dos inviernos en el hemisferio norte han sido relativamente benignos, pero un invierno más frío podría disparar la demanda de gas en Europa y Asia. Según los expertos, una estación inusualmente gélida obligaría a ambos continentes a consumir más gas no solo para la calefacción, sino también para la generación de energía. Esto se debe a que las bajas temperaturas suelen venir acompañadas de vientos débiles, lo que reduce la capacidad de los parques eólicos.
A este escenario climático se suman los problemas geopolíticos. Europa sigue dependiendo del suministro de gas ruso a través de Ucrania, un acuerdo que expira en diciembre de 2024. Si Rusia suspende estos envíos, Europa tendría que recurrir al GNL, compitiendo con Asia en un mercado donde la oferta ya enfrenta varios desafíos. Los retrasos en la producción de importantes proyectos de GNL en Estados Unidos, como el de Golden Pass en Texas, junto con la caída de la producción en Egipto, podrían dejar al mercado sin el suministro necesario para satisfacer una demanda creciente.
Si bien Europa ha ampliado su capacidad de regasificación en un 20% y cuenta con reservas récord, la necesidad de reabastecimiento podría llegar antes de lo previsto. Los analistas advierten que, si se materializan temperaturas extremadamente frías y la suspensión del suministro ruso, los precios del GNL podrían llegar a los 16 dólares por mbtu a principios de 2025, empujando a las economías emergentes a buscar alternativas más baratas, como el carbón, o enfrentar apagones.
Así, la combinación de un clima extremo y la geopolítica podría desatar una tormenta perfecta en el mercado del gas, con consecuencias globales, especialmente para los países que dependen del GNL y no tienen contratos a largo plazo para protegerse de los aumentos de precios.